Estamos en crisis. El periodismo está en crisis en
Argentina, en España, en México, en Brasil... Nadie cree en nada, nadie nos
cree...
Entonces... ¿Ahora qué? ¿Nos tiramos de un precipicio? ¿Para qué? Si ya estamos cayendo: hacemos notas como podemos, proponemos investigaciones que
no son de los temas de agenda y tratando buscar la mayor cantidad de fuentes. Algunas
entienden y ceden, te abren las puertas de su casa y te hablan como si fueras
el único en el mundo que las escucha. Otras piensan lo que cada tanto dudamos:
el medio es el mensaje. Entonces se callan, prefieren hablar con otro o ni
hacerlo. Y uno como periodista no lobbista le aclara que es independiente.
Igual, seguimos cayendo, trabajemos donde trabajemos, tratando
de saltar las barreras: esas barreras formadas por billetes de políticos de
turno o de empresas (muchas, por ejemplo, del mundo del agro) que pagan las
pautas publicitarias…
Durante la caída, a veces, nos las llevamos por delante: "tratá
de no meterte con ese tema que el tipo es dueño de una megaempresa. Tratá de no
meterte con ese tipo que tiene ansias de ser el próximo presidente y pone mucha
plata en un suplemento que es el que nos hace ser el medio que somos. Un medio
que está en crisis y que en cierto punto, gracias a ese tipo que roba o estafa
o engaña o dirige el mundo narco o de la trata, paga tus sueldos y el de tus
compañeros. Mejor, no digas nada".
Mientras tu cuerpo vuela hacia abajo, hay veces en que
podés elevarte un poco: a pesar de las barreras, te publican una nota que
critica a ese tipo. Y ahí es cuando, mientras pensabas que llegabas a lo alto,
caés de un hondazo: el tipo de golpe llama a tu jefe para decirle que todo lo
que investigaste es mentira, que te abre las puertas de su casa -que hace meses
que te las venía negando- para venderse como el mejor y que de esa manera, va a
poder seguir girando esa rueda que hace que cada mes tengas un sueldo.
Entonces resulta que el periodismo es eso.
Mientras uno se levanta de la cama, exaltado, pensando
que cayó, suena el celular: es una amiga mexicana que dice que junto a su
marido van a sacar plata de su bolsillo para poner un medio digital independiente.
—Pero mirá que estamos en crisis.
—Sí, pero antes de tirarnos por un
precipicio, abramos un paracaídas...